jueves, 9 de julio de 2009

maldito puente

Maldito puente

Durante toda la noche Miguel no pudo conciliar el sueño. Algo, no sabía qué, le advertía de que al día siguiente el puente que debía atravesar, para llegar hasta la fábrica, se derrumbaría en el preciso instante en que el autobús circulaba a través de éste.
Amanece. Su mujer le prepara la bolsa con la comida y mientras faena le dice a su marido que había tenido un sueño muy feo, en el que él estaba involucrado.
Pensativo, camina hasta la parada de autobuses. Llega. Y ahí esta el maldito puente, al que en sueños ha visto derrumbarse en varias ocasiones.
Miguel teme a dos cosas: al puente y a su mujer. Duda. Llega su autobús. Decide abordarlo, pero al subir un pie en el estribo echa para atrás.
Miguel baja a la orilla del río y toma una barca para atravesar el río por debajo del maldito puente. Diez minutos después va a medio del cauce. La barca se tambalea. El corazón de Miguel también. Cinco minutos después la barcaza llega a la otra orilla. Miguel mira hacia el puente, repleto de autos y autobuses que raudos circulan.